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Infantil – La Fluoración de Aguas

El Flúor es un elemento químico del grupo de los halógenos y que jamás se encuentra en estado puro, sino en combinación con otros elementos. El flúor, siempre en combinación con otros elementos se encuentra ampliamente distribuido y extendido por la corteza terrestre, incluido los océanos.

El Flúor es realmente útil para la prevención de la caries dental. Desde hace más de cincuenta años está documentado en multitud de estudios la utilidad del flúor en la reducción de la caries. La definición de los mecanismos de actuación, de los protocolos de administración así como de sus dosis óptimas ha ido cambiando a medida que se ha progresado en su conocimiento y seguramente también lo seguirá haciendo en el futuro, pero nunca se ha cuestionado su validez frente a la caries. Se ha descrito una reducción de hasta el 75% en la incidencia de caries con la aplicación de flúor en sus diversas modalidades.

La primera fluoración artificial se llevó a cabo en EEUU en Gran Rapids, Michigan, al fluorizar su agua pública, en el año 1945. Desde entonces se ha aplicado en múltiples formas (ingerido y tópico) y empleándolo en miles de millones de personas, por lo que se tiene gran experiencia sobre su uso.

La utilización del Flúor no es peligrosa ni puede producir alergias si las dosis que se usan no son tóxicas y para que esto ocurra deberíamos usar una cantidad muy fuerte. Con más de cincuenta años de experiencia en su empleo de manera artificial varios cientos de Organizaciones científicas mundiales respaldan la seguridad de su utilización.

El Flúor tiene dos maneras de administración:

Sistémico: Es el que se ingiere. Básicamente actuará en los dientes en formación, aunque como se ingiere por la boca también tiene un cierto efecto tópico. Útil sobre todo en niños.

Tópico: Es el que se aplica exclusivamente en los dientes y luego se expulsa. Es la forma más extendida de empleo. Útil a cualquier edad.

La aplicación tópica no tiene ninguna contraindicación.